Cuando acabó el WATIF live! de la semana pasada, me encantaron los corrillos de público, invitados y equipo compartiendo experiencias sobre cómo vemos el amor. Como dijo Mar, «nos apela a todos».
🚀 Esto es WATIF. El resto es historia.
Encontrar pareja, un rollo o el poliamor en una aplicación para ligar dejó hace mucho de ser tabú, afortunadamente. Hoy en día, usar una de estas plataformas ya es solo cuestión de si pensamos que nos servirá para encontrar lo que buscamos o de si nos hace sentir bien. Muchas veces funcionan: mi amigo Michael, de 37 años, ya tiene 3 hijos con su match de Tinder; Lara, de 24 años, ha conocido a su novio por Bumble, la app donde las chicas dan el primer paso; y Víctor, de 28, viaja constantemente por trabajo y me cuenta que las apps le han evitado varias noches de soledad en hoteles de sitios remotos.
Sin embargo, todos hemos vivido o escuchado la otra cara de la moneda:
«La gente está en las apps por aquello del ego de que te hagan match, pero luego muchos no tienen ni interés en hablar. Lo harán para pasar el rato, pero es aburrido». Javi, 28 años.
«Me parece una pérdida de tiempo y un agobio tener tantas opciones sin filtrar». Paula, 33 años.
Las principales aplicaciones de citas llevan alrededor de dos años perdiendo usuarios activos. Para revertir la tendencia, las plataformas quieren responder a lo que los usuarios les demandan: encontrar ese match perfecto más rápido. ¿Cómo? Nuevas herramientas de IA que te conozcan y aprendan a predecir lo que quieres o que te instruyan sobre cómo ligar. 2025 arranca cargado de promesas de una industria que cambió el mercado del sexo y el amor hace una década. Me pregunto qué tenemos por delante: ¿una segunda revolución del amor digital o un bluff? ¿Apps que orientarán a nuestro corazón o que lo despistarán? ¿Saldremos más románticos o más cínicos?
Una década de swiping
Deslizar el dedo (swiping) por la pantalla del móvil para dar like a personas que te van saliendo en la pantalla fue una novedad divertida allá por 2012, incluso un hobby en tiempos de pandemia. Ahora, 13 años después, ese carrusel infinito de opciones ha perdido atractivo, incluso nos abruma. Pero no es solo eso. Al aburrimiento y las malas experiencias se suman dudas sobre las opciones que el algoritmo muestra a los usuarios: «Creo que el algoritmo no me filtra a nadie; es muy aleatorio», me dice Javi, que ha abandonado la app de citas que usaba después de 6 años.
Responsables de estas plataformas reconocen otras dificultades, como conectar con una generación zeta que se aleja de lo artificial o que es más capaz de dar un primer paso online en cualquier otra red social (TikTok, Instagram, Snapchat). Una cosa parece clara: hemos levantado un poco la cabeza del teléfono y los métodos tradicionales de ligoteo cotizan al alza.
Jóvenes buscando gente afín en actividades como clases de cocina o clubes de running no son solo un meme de TikTok: está pasando. Sebastian Boppert, director de comunicaciones de la plataforma global de eventos Eventbrite, me cuenta que han observado «un crecimiento sustancial en los eventos para solteros en España, superando con creces el crecimiento general de los eventos en vivo». Según Eventbrite, los eventos para solteros más populares en España son las noches de citas rápidas.
Pau Bartroli, fundador de Cites ràpides, una empresa que organiza este tipo de veladas en Cataluña desde hace un año, me explica por qué están triunfando: «La pandemia nos saturó de pantallas. En las apps pasa de todo: mentiras, ghosting, menos compromiso. En persona mostramos mejor quiénes somos realmente». Pau insiste en la ventaja de conocer personas «de manera natural y divertida»; «solo tienes que hablar 7 minutos y, si no habéis coincidido, no pasa nada». Pero si hay match, «es de calidad», concluye.
¿Damos por muertas las aplicaciones de citas? No sé, Rick…
Sería muy temerario interpretar el bache de Tinder y compañía como un anuncio de su desaparición y de una vuelta total a un pasado analógico. Hablamos de una industria de más de 300 millones de usuarios globales, con 20 millones que pagan suscripciones premium. En España, más de 4 millones de personas acceden cada mes a estas apps, según el medidor de audiencias GfK DAM. Hay cierta fatiga, pero seguimos ahí.
Nos fijamos principalmente en el bajón de las principales plataformas, pero hay un catálogo enorme de opciones de nicho, y muchas están creciendo: Stir (para buscar a otros padres solteros), Muzz (musulmanes que buscan casarse), Feeld (poliamorosos), Raya (solo gente famosa o VIP). Han pasado de moda los catálogos interminables: queremos que la oferta de pretendientes se limite a lo que buscamos, a lo que creemos necesitar. Hay quien utiliza Hinge, una plataforma más popular en otros países, para conocer a gente que también vivió fuera de España. La cuestión parece acotar la búsqueda a los grupos que nos interesan.

¿El amor está en la tecnología?
Las grandes (Tinder, Grindr, Bumble) creen que la respuesta para lo que está pidiendo el usuario está en la IA. Confían en crear nuevas herramientas que les devuelvan el prestigio: creen que, si son mejores en llevarnos hasta quien es bueno para nosotros, aumentará su papel en el futuro del amor. «El swiping morirá en 5 años», afirma el fundador de Muzz en su LinkedIn, «tiene que haber un modo mejor». George Arison, el CEO de Grindr, va más allá: «Nos esforzamos por ser una empresa en la que la IA sea la máxima prioridad».
Grindr está trabajando en su propio wingman, un compinche1 de IA que ayudará a sus usuarios a ligar… ¿mejor? En teoría, este aliado podrá filtrar mejores candidatos si quieres una relación duradera, sugerirte locales para quedar o recomendarte música que pegue con los gustos de tu cita. Aunque sin duda lo más rompedor es que tu wingman podría hablar con tu match antes de que quedéis y, de esta manera, darte consejos para no cagarla o detectar red flags antes de ir a más. Lo quieren disponible para su comunidad en 2027, y ya lo han probado con algunos usuarios.
Esta revolución va más allá de Grindr: Whitney Wolfe Herd, fundadora de Bumble, ya contó a Bloomberg en 2024 que las IA podrán tener citas por ti para filtrar los candidatos que te convienen. En Match Group –matriz de Tinder, Hinge, Plenty of Fish– también son conscientes de que se les pide evolucionar. Justin McLeod, director de Hinge, habló a sus inversores de otra posibilidad: un «entrenador de citas» que te haga «sugerencias personalizadas» para ayudar a quienes no consiguen «esa primera cita y no saben por qué».
Paula, que odia las primeras citas, lo tiene claro: «Si me ayudaran a filtrar gente que me interese de verdad y me quitaran momentos incómodos, sí que las usaría». Javi también se replantearía su abandono de las apps para probar estos asistentes, pero «quizás más por curiosidad». A ambos les queda la incógnita de hasta qué punto las plataformas cumplirán lo que prometen.
Las dudas están justificadas. Hasta ahora los primeros acercamientos de la IA a las citas en línea son tímidos o no han funcionado demasiado bien. Por ejemplo, Tinder usa la IA para ayudarte a seleccionar las mejores fotos para tu perfil y eliminar cuentas falsas; Bumble te aconseja cuatro perfiles en Para ti basados en tus match anteriores. Volar, una startup estadounidense, exploró lo de usar chatbots que tengan citas por ti. Primero hablabas con ese asistente de IA para que supiera cómo eres. Tras esta charla, estaba listo para conversar con los chatbots de tus match. ¿Cuál era la supuesta ventaja? Podías revisar esos chats virtuales para decidir si te interesaba hablar de verdad con esa persona. No convencieron y cerraron por falta de financiación.
El futuro de las apps y del amor
Esta nueva fase de las aplicaciones de citas deja interrogantes que habrá que ir resolviendo. En primer lugar, respecto a las propias apps. Preocupa la exposición de nuestros datos personales con los que se alimentan las IA. Además, no todo el mundo piensa como Javi y ve en el algoritmo actual algo «aleatorio». Se acusa con frecuencia a las plataformas de mostrarte perfiles más atractivos cuando te das de alta. Luego algo cambia: ¿por qué? ¿Para que pases más tiempo en la app? ¿Y por qué con la IA sería diferente? Una opción bienpensada es que vayan hacia otro modelo de negocio. Uno que no se base en acumular más usuarios, sino en que haya más clientes satisfechos dispuestos a pagar por un buen match.
Los otros interrogantes apuntan a cómo nos afectará a nosotros. Imaginemos que esta nueva fase de las apps de citas con IA cumple sus promesas y tiene éxito. ¿Crecerán las burbujas sociales y los sesgos? Las parejas que piensan parecido o tienen el mismo nivel educativo duran más: es fácil pensar que las apps podrían emparejarnos así.
Juanpe Sánchez, en su ensayo Superemocional, reflexiona sobre una época en la que vemos el amor como una mercancía, algo que elegimos y deselegimos, con «una sexualidad desarrollada al consumo». Si pronto el wingman elige por nosotros, ¿tendrá Juanpe cada vez más razón? Escuchar que Hinge prepara un entrenador de citas me lleva al libro de Anna Pacheco (Listas, guapas, limpias): «Buscamos amores rentables». Queremos al otro trabajadito de casa, sin taras. Escoger sin equivocarnos en la compra.
No se trata de demonizar ninguna forma de amor o de deseo. Se trata de preguntarnos qué es lo que estamos buscando y cómo nos afectan las formas de relacionarnos: las viejas, las que hemos adoptado hace poco y las que vendrán. Si una IA te encuentra a alguien perfecto, te da mucho, pero ¿te quita algo? ¿Prescindirías de aquel año con ese chico o chica con quien no tenías nada que ver? Quizá te enseñó más de lo que reconoces. Las tecnológicas del amor creen que sabrán darnos lo que queremos. Pau Bartroli, de Cites ràpides, piensa que nos irá mejor con el cara a cara: «Tener un mapa antes de pisar La Habana es muy útil para orientarte, pero luego, al estar allí, puede que todos tus planes cambien. Y es divertidísimo que sea así».
El semáforo
🟢 Las grandes ovaciones al final de los espectáculos en vivo se han vuelto mucho más la norma que una excepción. Esta pieza de The Economist discute las razones, los pros y los contras de que esto sea así. Aperiodísticamente, he decidido quedarme con lo que más me gusta: tenemos ganas de experiencias comunitarias en vivo (y que dure), de pasarlo bien y de darnos apoyo en tiempos revueltos.
🟠 Google ha firmado un contrato con la startup Charm Industrial para eliminar 100.000 toneladas de CO2 hasta 2030. La novedad es que esta empresa utilizará biochar, un producto obtenido de la biomasa que puede almacenar carbono durante siglos. La industria de la captura de CO2 sigue creciendo, con algunas de las empresas más potentes del mundo apostando por esta estrategia de sostenibilidad. A ti, ¿te parece el camino a seguir o nos hacemos trampas?
🟠 TikTok ha sido prohibido (y luego no) en Estados Unidos por la guerra más o menos fría que mantienen con China. Sin embargo, la forma en que su algoritmo nos atrapa, y sus efectos, sobrevivirá, ya sea en esta plataforma o en las que ya han copiado su «tecnología increíblemente bien afinada». Internet ahora es TikTok, escribe Hana Kiros en The Atlantic.
Argemino Barro, en WATIF el Club
Hoy martes a las 20:00 h, el día después de la investidura de Trump en Estados Unidos, invitamos a Argemino Barro, corresponsal en Nueva York (El Confidencial, La Sexta y TVGA) y especialista en Estados Unidos y Rusia, a nuestro WATIF el Club.
Estaremos Emilio y yo mismo, pero ya sabes que podrás preguntarle lo que quieras. La cita online es solo para los suscriptores de pago de WATIF, ¡¡¡así que aprovecha!!!
Si te ha gustado este número de la newsletter, dale al corazoncito más abajo, escribe un comentario o contesta a este correo. Nos encantará saber qué opinas.
💬 Si quieres charlar, compartir sugerencias de temas o alguna pista, puedes escribirme a bosco@watif.es.
🐝 Si quieres ser parte de la comunidad de WATIF y venir a nuestros eventos digitales y presenciales, échale un vistazo a nuestros niveles de membresía.
📬 Y si quieres compartir el boletín con cualquier persona a la que le pueda interesar esta newsletter, puedes hacerlo aquí:
🤝 Hasta la próxima,
Wingman se traduce como compinche o aliado.