Después de pasar el fin de semana con amigas en Logroño comiendo pinchos (de foie, de brioche con carrillera o de tortilla de patatas) y descubrir que para beber una caña en La Rioja debía llamarla «zurito», me fui directa a Madrid para grabar los pódcast que veréis las próximas semanas. En el tren me puse a leer newsletters –mi formato favorito– y aquí os dejo varias de las historias que me volaron la cabeza.
Las WATIF trends de la semana
Se acabó el chollo. Si hace unos meses Amazon buscaba competir con Temu y Shein creando una nueva tienda con productos a menos de 20 euros, la fiebre por el comercio a modo de bazar parece haber llegado a su fin. Estados Unidos dejó de aceptar paquetes procedentes de China durante unas horas (pero quizá Trump retome la prohibición pronto) y Bruselas quiere acabar con la exención de aranceles para compras online de menos de 150 euros. La consecuencia directa podría ser el potencial aumento de precio de productos que se comercializan como baratos. ¿Adiós a los bikinis a cinco euros?
Los chatbots con personalidad y habilidades de sexting han llegado para quedarse. Ryan Broderick cuenta en su newsletter que páginas como CharacterHub ofrecen a los usuarios crear perfiles de personajes superespecíficos —algunos basados en series, películas o animes— que luego otros pueden descargarse para hablar con ellos. Y sí, muchos los están usando para intercambiarse mensajes sexuales sin filtros. «Abofetéame» y así.
La industria del automóvil en Europa no está en su mejor momento, pero una marca ha dado con una mina de oro: Rolls-Royce y sus coches tuneados para clientes ultrarricos. No quieren fabricar más coches, sino preparar más pedidos exclusivos, con los que el precio final del automóvil puede duplicarse. Tal es la locura por la personalización que han creado una pintura exclusiva que solo lucirá una unidad de Rolls-Royce. Ferrari y Lamborghini también se han subido al carro. Antes de que las supermarcas tunearan los coches de sus clientes de manera exclusiva, ya lo hacía el rapero Xzibit en el mítico Pimp My Ride de MTV. Escuchamos, pero no olvidamos.
La moda rápida y la de lujo son cada vez más iguales. De hecho, a veces es complicado discernir entre ellas, y si no que se lo digan a la cantidad de vídeos que hay en redes donde se comparan outfits para adivinar cuál es el más caro. Al final, todos los mercados beben de las mismas tendencias: Dior ha creado su propia versión de la falda burbuja y Prada quiere comercializar una versión de las UGG. ¿Es esto un regurgitar continuo?
OpenAI se cuela en el gobierno estadounidense. No solo ha creado un ChatGPT específico para el uso del gobierno; también ha firmado un acuerdo