Hola, WATIFer.
En esta WATIF Trends te dejo alguna ampliación sobre temas que hemos tratado esta semana junto a tendencias que nos han llamado la atención.
Perdóname si se cuela alguna errata o ves algún enfoque desviado en esta newsletter. Si es el caso, la culpa es por completo de la cena navideña de WATIF que celebramos ayer. Menos mal que esta entrega de los viernes es escrita y no hablada: 2 horas de karaoke han dejado nuestras gargantas para poco.
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Sin más dilación, la WATIF Trends de esta semana:

Andrew Tate tira de hilos MAGA para evitar la justicia rumana. Tate y su hermano Tristan, posiblemente los influencers más importantes de la manosfera más orgullosa, estaban bajo investigación criminal en Rumanía desde 2022. Como cuenta este extenso reportaje de El New York Times, ambos estaban «acusados de coacción a mujeres para hacer pornografía. Andrew también fue acusado de violación y de mantener relaciones sexuales y golpear a una menor de 15 años». No podían dejar el país europeo mientras los fiscales rumanos preparaban el caso. Pero todo cambió cuando Tate activó la red de influencia política que había cultivado en Estados Unidos: desde Tucker Carlson hasta Donald Trump Jr. e incluso el propio Barron Trump. En febrero de 2025, las presiones estadounidenses dieron sus frutos y la cúpula política rumana instó a sus fiscales a «buscar un compromiso» para permitirles volver a casa. Ese mismo mes, los hermanos Tate ya estaban en un avión privado rumbo a Florida. Estamos ante un ejemplo tremendo de la capacidad que ciertos creadores de extrema notoriedad tienen para convertir su influencia digital en poder político real. Un poder capaz incluso de torcer procesos judiciales en un país que no es el suyo.
Un poquito más de la FIFA y Arabia Saudí. El martes aprovechamos ese Premio FIFA de la Paz tan frívolo para dibujar el perfil del presidente Infantino centrándonos en su amistad con Trump. No nos dio tiempo a alargarnos en los tejemanejes que se trae entre manos con otro de sus grandes amigos, el príncipe saudí Mohamed Bin Salman (MBS). Comentaba Marina que «la FIFA puso todo de su parte para que la sede del mundial 2034 vaya a ser Arabia Saudí», sin corrupción demostrada, pero con unos intercambios de favores poco disimulados. ¿Cuáles?
Primero, el Saudi Fund for Development acordó con la FIFA ofrecer hasta 1.000 millones de dólares en préstamos blandos para construir o rehabilitar estadios y otras infraestructuras deportivas en todo el mundo. Esto convierte a Arabia Saudí en financiador mundial del fútbol, con la organización que lidera Infantino como filtro y distribuidor, lo que abre una vía muy potente de influencia política y económica saudí sobre federaciones y gobiernos.
Segundo, empresas vinculadas al Estado saudí (como Aramco o el fondo soberano PIF) se convierten en patrocinadores clave de torneos FIFA, como el propio Mundial 2026.
Y tercero, el PIF invirtió en plataformas de streaming como DAZN, con 1.000 millones de dólares para pagar los derechos televisivos del nuevo Mundial de Clubes que se celebró este julio pasado. Dinero que va para la FIFA.
La creator economy no es una porción de internet; es internet. La mayoría de creadores y medios hemos sido arrastrados a la misma estrategia. Debemos ser virales y acumular miles (mínimo) de visualizaciones. ¿Eso da dinero? Realmente no, pero esto es lo que te abre la puerta a acuerdos de patrocinio que sí paguen las facturas. Eso es para el medio The Verge, la cruda realidad de la creator economy. «Plataformas como TikTok, Instagram y YouTube generan miles de millones de dólares en ingresos» interponiendo «algoritmos entre los creadores y sus audiencias mientras les pagan, básicamente, nada». Esta es la lógica que da forma al internet —y por extensión a gran parte de la cultura— que habitamos hoy. Cuenta el mismo medio que incluso el rey de internet, Mr.Beast, perdió 110 millones de dólares el año pasado. Su viralidad «solo es marketing» para su negocio real: «una línea de chocolatinas» que vende en Walmart. Te dejo aquí el enlace de la serie de The Verge sobre esta problemática, por si quieres profundizar más y contarnos tus propias conclusiones.
Ni una semana sin conocer un nuevo límite rebasado por los mercados de predicción. En Polymarket puedes apostar al vencedor de batallas de la Guerra de Ucrania. Sí, como lo oyes. Polymarket es la versión cripto de Kalshi, de la que te hablé en la newsletter de la semana pasada. “No importa quién haya muerto; tú ya has hecho un dinerito…”

Apollo compra parte del Wrexham. La firma de inversión que ha comprado más de la mitad del Atlético de Madrid, Apollo Sports Capital, se ha hecho ahora con una participación minoritaria del club de fútbol galés que se compró el actor Ryan Reynolds y su colega Rob McElhenney. El Wrexham es un equipo galés, hasta hace poco en sexta división, que se ha transformado en fenómeno global gracias a la serie Welcome to Wrexham (en Disney +). Ryan y Rob seguirán


