Siempre me han encantado los trenes. Subes en una estación y el espacio-tiempo se reduce a lo que pasa en esos vagones durante la horquilla entre origen y destino. Lo que para unos puede ser claustrofobia, para mí es libertad. Y WATIF se ha sentido un poco así en todos estos meses desde que lanzamos el pasado octubre.
Llegábamos al andén con una hipótesis acerca del momento que vivían los medios de comunicación en España. Veíamos que nuestros compañeros de generación estaban hastiados de la misma cantinela ideológica de todos los días. Y pretendíamos ofrecer algo que nosotros mismos, como periodistas decepcionados, quisiéramos leer o escuchar.
En menos de un año, hemos explorado con fascinación temas tan dispares como la computación cuántica, el aplanamiento de la cultura o la decadencia de internet. Y lo hemos hecho con una obsesión: explicar cómo está cambiando el mundo desde una perspectiva humilde, honesta y entretenida. La respuesta ha sido increíble. Nuestras redes sociales se han disparado, con hasta 24 millones de cuentas alcanzadas este último trimestre, y los clips de nuestro podcast han competido de tú a tú con los contenidos de entretenimiento, estilo de vida y sensacionalismo político que copan las listas de éxitos. Todo, siempre, con el periodismo por bandera.
También hemos hecho WATIF bebiendo de los referentes que nos han marcado desde otras partes del mundo como Francia, Estados Unidos o Latinoamérica. De ahí que apostáramos por abordar grandes temas en audiovisual y en texto, por hacer vídeos explicativos en YouTube, o por curar contenido de tendencias.
Pero no todo encajaba. Y en este tiempo hemos percibido que el público español de nuestra generación, aun cansado del frenetismo de la actualidad, todavía no quiere bajarse de ese tren informativo del día a día. Por eso nuestro enfoque, tan temático y perenne, no terminó de cuajar.
Al mismo tiempo, nuestra pasión periodística nos ha mantenido atados al formato escrito, robándonos un tiempo que luego nos impedía cuidar otros aspectos de WATIF, incluido el más importante de todos: la comunidad. Siendo un equipo tan pequeño, de apenas seis personas, nos veíamos sobrepasados por la cantidad de trabajo rutinario. Entre el contenido, los emails y la necesidad de pagar facturas, nos quedábamos sin oxígeno para entender mejor lo que de verdad buscabais en un medio de comunicación como este.
Por eso ha sido en los eventos digitales y en vivo, esos por los que habéis pasado cientos de personas desde que empezáramos a organizarlos el pasado octubre, donde hemos visto la verdadera riqueza de este proyecto. Y entre juegos, risas y conversaciones en la barra del bar empezamos a vislumbrar el WATIF del futuro.
En este penúltimo día de julio, WATIF ha llegado a destino. Concluimos este trayecto habiendo aprendido todo lo que esperábamos y más. Ahora toca pasar por el taller, ajustar las vías y cambiar unos cuantos vagones. El nuevo WATIF llegará en algún punto de este próximo septiembre, cuando sepamos con seguridad que lo que tenemos entre manos es lo mejor que podemos ofrecerte. Por ahora, y tras semanas de debatir intensamente bajo el calor estival, estamos convencidos de haber dado con una clave que tenemos ganas inmensas de contarte. ¡Y lo haremos pronto!
Hasta entonces, estaremos encantados de que compartas con nosotros lo que más y lo que menos te ha gustado de este primer tramo del viaje. Y también, de que nos cuentes qué esperas del próximo.
Gracias por estar ahí y hasta pronto.
p.d.: Oh, y pásate a vernos en el último podcast de la temporada en el que hacemos recap de todo lo que ha dado de sí esta primera temporada de WATIF:
Vaya donde vaya, ahí estaremos💕
Unas recomendaciones (con la enhorabuena):
el público jóven al que queréis llegar no sólo vive en Madrid, también está en universidades e institutos de ciudades de provincia.
También necesitamos volver a explicar a la gente para qué sirve estar informado, no solo informado-entretenido.
Es espectacular el tono, las curiosidades y la rigurosidad de lo que escribís pero... ¿vincula a alguien? ¿de qué modo?
A por ello.